LOS DÍAS /4/
día
veintidós
Cuando
abrimos los ojos después de haber estado durante un tiempo tumbados en la
arena, bajo el sol, tardamos unos segundos en recuperar la visión de los
colores, regresamos a una realidad en escala de grises, como si despertáramos a
un universo aún en construcción. Incluso si abrimos los ojos muy despacio,
separando los párpados con cuidado se nos revela en un primer plano y
fugazmente el andamiaje que cubre las formas desnudas de color. Místicos
seres portadores de agua, en algunas culturas… / El pliegue que yo introduzco, del que ya hemos
hablado… el cactus define de una forma muy cristalina lo que es el dibujo… / Un
pequeño milagro, que aquí estén los cactus, en estos papeles chinos que tú has
traído… / Es un trabajo lineal… la protagonista es la línea… en un trabajo
sobre el paisaje, en general, es todo tan denso, se superponen varios planos… pero
el concepto de paisaje de la cultura china está desarrollado también sobre este
tipo de papel, y se basa en la línea… ahí el cactus es un motivo muy claro,
mucho más claro que… un árbol de hoja… Cuando estuvimos ayer en el jardín de
cactus, no, era a la salida de la Fundación… estábamos hablando de los agaves
marcados, tatuados por tantas incisiones, la gente que pasa y los tortura… esa
es una característica del cactus, que cicatriza esas heridas pero allí quedan,
son tatuajes, en relieve… Ese sería también un motivo de trabajo, para
introducir en el trabajo… la acuarela parece siempre amable en su apariencia,
dulce, aunque no obstante… / Elke 1999… Sven 1997… / Fechas… corazones… flechas
que atraviesan corazones… no me interesa como anécdota pero como elemento
abstracto… / María 1998… Ian 2007… más fechas, más corazones… / Otra vez en el jardín, esa lámpara que estaba
en la escalera… es como un cactus… la estructura molecular… que se eleva…globos
translúcidos, y esas varas de metal son las púas, las espinas… al mismo tiempo
son su estructura interna, lo que lo construye… lo cruza y lo construye… / Tenía
que pensar mucho en Bourgeois… y la muerte… en sus celdas… / “La última
subida…”, creo que se llama, es un infinito… / Francoise 2003… Adelaide… cómo
pasa el tiempo, el jueves ya nos tenemos que ir… / Qué rico está este vino… /
día
veintitrés
Extrañamiento.
Una palabra inquietante, una palabra incómoda. Mis poemas son extraños en el sentido de que destierran
la mirada, la llevan lejos del lugar
común, son lo contrario a un hogar, obligan a merodear, pero no en busca de
un sentido, nunca en busca de significado sino de conocimiento, porque
no son simbólicos. Provocan una aproximación insólita a lo que creíamos ya
concebido, porque su germen es abstracto. Y lo que sentíamos como familiar se
nos revela bajo otra luz como algo
excepcional, excitante, irremediablemente ajeno. Creo que con tu pintura sucede
algo parecido: la miramos y nos aleja de forma tenaz de su centro, nos obliga a
aceptar una periferia que nos revela más sobre nosotros mismos que sobre la
obra en sí. Ahí está seguramente su trascendencia. / Jean 1998… Roberta 2014… Petra 1995… Elke 1999… / A Elke ya la tenemos…
/ Ya… Thomas 1993… / Paso mucho
tiempo tumbado sobre la arena, ese contacto directo del cuerpo con la tierra me
tranquiliza. Al principio, cada vez que se levanta una ráfaga de viento
llenándote los ojos, el pelo, las orejas de arena negra piensas, qué demonios,
vámonos de aquí, pero si te empeñas en permanecer tumbado el viento ya no
molesta, es otra presencia más, es una presencia preciosa y necesaria, como el
sol, el mar, la misma tierra. Cierras los ojos, los abres muy despacio, los
vuelves a cerrar. Respiras esa combinación de tiempo detenido, sol punzante,
sal. A veces las palabras vienen hasta ti como pájaros que buscan pan entre tus
pies, animales pequeños y curiosos pero ahora innecesarios que mendigan algo de
atención, una señal, una mirada. A menudo espanto las palabras con un gesto de
desdén… Te prefiero, mar, te prefiero, viento. Es tan placentero sentir cómo el
pelo se apelmaza ungido de arena negra, y el cuerpo entero se convierte en duna
que se levanta y camina hacia las aguas. Un cuerpo de polvo que
penetra en la inmensidad del mar. /
día
veinticuatro
Ahora
que thomascook en medio de las
tensiones generadas por las demandas salariales de su tripulación de cabina
traspasa con estrépito la vibrante atmósfera de la bahía enfilando hacía la
pista de aterrizaje del aeródromo de la isla, tú y yo, pintora, nos vemos
abocados a hacer las maletas para abandonar esta agradablecircunstanciacreativa en la que hemos estado inmersos
durante todo el mes de mayo. / Nada en
concreto… pero recordando esa escena… / ¿Puedes hablar más alto?... / Cuando yo
le dije: afortunadamente no se puede corregir, no se puede retroceder… el paso
dado está dado… ella dijo, desafortunadamente no se puede volver atrás, o algo
así… / Y tu reacción fue: ¡afortunadamente! Entonces soltó una risita amable. /
Es verdad, yo muchas veces hago esa comparación entre el arte y la vida, hasta
cierto punto… pero hay que entender que el arte es un crecimiento, y como tal
no se puede detener… / Aunque eso no quiere decir que no se pueda cambiar de
dirección… / Volviendo a esas geometrías que el origami introduce, el pliegue
perfecto… no se puede hacer a la ligera… ahí está… lo que el hombre introduce
con la matemática… en la naturaleza hay otros factores, no se trata de una
burbuja donde crece la planta… puede llegar alguien –por ejemplo- que marca con
una cuchilla su nombre, ese es un cambio de dirección en el “crecimiento” de la
planta, del cactus… Y cómo lo integra ese ser… Es lo
maravilloso de la naturaleza… ¿qué significa una técnica, al fin y al cabo?... Cuando
uno ve otras posibilidades no hay que dudar, hay que seguir por ese otro camino,
se abrirán otras historias… un plegado al que te conduce el azar te puede
llevar a una nueva figura… / Las técnicas, al fin y al cabo, no abren nuevas
puertas… no digo que el espíritu sea enemigo de la técnica, pero… / En el origami, sabemos, existen diferentes
bases, la base cuadrada… como proviene de la filosofía japonesa, la idea de la
belleza, hacer en la vida una cosa de “una sola pieza”… filosóficamente… es
superior… y no realizarlo con varios
elementos… aunque eso es también muy cuestionable. / Sí, es cuestionable pero
es también muy hermosa esa idea, es algo casi teológico: con un solo papel
se puede hacer “todo”. Que todo se pueda hacer con una sola hoja de papel… /
Además… que la mayoría de las figuras se hagan a partir de un papel cuadrado… ni
siquiera rectangular… / Cuadrado… que de
un papel cuadrado nazcan un caballo, un perro, un cubo para el agua, una pulga…
es maravilloso… ¿qué es Dios? Dios es un papel cuadrado –ja- que se dobla y se desdobla… / Sí, allí está la
matemática… / Pero lo hermoso de todo esto es que no hay por qué ser matemático
para crearlo, no hay que ser un técnico… / En el fondo solo hay “cuatro” cosas,
plegado en valle, plegado en montaña… dar la vuelta… plegar-desplegar… y al
final soplar para inflar un volumen… / El aliento creativo…/ Pero es tan
simple, dentro de sus infinitas posibilidades… Lo interesante es que el plegado
“no perfecto” es la realidad, también… como esa planta que crece inclinada
hacia un lado por el soplo del viento… / O como mis pies torcidos, un plegado
imperfecto…/ Y sin embargo… qué hermosos son… / Si solo hablamos de la
perfección solo hablamos de la técnica… / Un plegado imperfecto, una “mala”
doblez te lleva a otros resultados… a una vida diferente… /
día
veinticinco
El espantoso viaje de regreso hacia esa otra forma de vida, la realidad. Arrastrando maletas desfondadas y con la piel llena de cicatrices, pero albergando en nuestro interior la preciosa semilla robada, arañada entre las escorias de los campos de lavas. Un viaje incómodo y turbulento plagado de pequeñas circunstancias que nos preparan mentalmente para el retorno cierto a la vida cotidiana, sea ésta la que sea. Ejemplo: bebiendolaúltimacervezadeformaapresuradaenalgúnrincóndelaeropuertodetránsitoydemasiadolejosdenuestrapuertadeembarqueescuchamosanuestrasespladas: no-me-lo-puedo-creer. Encuentros fortuitos que, como un dedo levantado en el aire y presionando una yaga nos muestran de forma evidente que el presente siempre termina por alcanzarnos. / Desembarcar, salir pestañeando bajo la luz inclemente de la Puerta del Sol devenida en Aldea de Tota o mugriento estuario del Mersey en virtud a una siniestra doblez del mapa, allí donde confluyen la marearoja y la resacaverde desbordando cerveza y una alegría inexplicable, sobrecogedora. Todas las gargantas braman la contraseña propicia para acceder a la disputada gloria: championschampionschampions… Intentar pasar desapercibidos, es una forma de sobrevivir. Cuando por fin doblando la esquina varias veces orinada accedemos a una calle tranquila y de vocación trasera donde nuestros camaradas de la resistencia regentan esa taberna tan querida, encontramos escrita a tiza sobre las maderas atrancadas la consigna CERRADO-POR-ASCO. Lúcida decisión que aun compartida nos provoca sensación de abatimiento y pánico. / Los fantasmas y la infancia. Al principio parece que estuviera bailando. Tan pronto se levanta de un salto, corre un par de metros, se detiene de golpe y gira sobre sí misma, se vuelve a detener con la mirada perdida, como si hubiera descubierto algo junto a ella, descarga ahora un golpe con el puño cerrado de arriba abajo, luego corre de nuevo pero en dirección distinta, se para, parece que encuentra otra vez a su fantasma y lo encara, aunque ahora ríe, una risa nerviosa y repentina, y dibuja una amplia caricia en el aire, suave, suave, de pronto parece melancólica, entonces –zas- descarga otro golpe hacia un costado, con la mano muy abierta pero todavía sonriendo. Camina muy despacio, contando a media voz sus pasos, primero hacia adelante y luego hacia atrás… salta a un lado y gira de nuevo sobre sí misma un par de veces, bailando. Se detiene y mira hacia lo alto con gesto de reproche. Parece un desafío. / La palabra ciudad. De nuevo tropezar con gente, soportar a gente, sentirse rodeado por la gente, arrastrado por la gente, pisado y mordido por la gente, observado por la gente. A veces, acariciado por la gente. / Yo soy el camino dicejesús, yo soy la verdad dicejesús, yo soy la vida dicejesús. Tuve que huir a toda prisa en la primera estación y ocultarme de nuevo entre la multitud. / “Esta hora invita a beber”, ésta sí que es mi doctrina. Primero vamos a abrir otra cerveza. / Vamos a llegar tarde, pero da igual… / Tenemos permiso, ¿no?... / Recuerdo que una vez, que tú estuviste en… y yo estaba en… a mediados o finales de mayo… la plaza de santaana estaba verde mientras en el pueblo la primavera aún no había arrancado y hacía frío, mientras tanto yo estaba “encantada” con esa hora, en el bar, fuera todavía sol y calor, calor mientras yo sabía que en el pueblo todavía hacía frío… y tienes en la mano tu cerveza fría y ves cómo poco a poco va cambiando la luz, es una hora mágica, cuando atardece, esos atardeceres largos… bueno, el atardecer siempre es bonito en cualquier parte, ya lo hemos comentado, cuando todo adquiere una profundidad… pero en la ciudad tiene un encanto… en mayo ya están los vencejos, a esta hora se llena el cielo de vencejos, hay un aroma… y yo estaba tan placenteramente sentada delante de mi cerveza, mirando hacia afuera y viendo pasar a la gente -claro, no era fin de semana, era entre semana, me parece…- Era una hora que invitaba a beber. Como cuando dije: “el sol intenta hacerlo bien con nosotros”… es algo… / Una frase que se hizo famosa en el poema de… / Sí, no sé quién la utilizó posteriormente… / Son las horas mágicas que tiene Madrid. / Por las mañanas, también las mañanas de un día cualquiera, cuando puedes pasear y… / Ver trabajar… / A los repartidores, a la gente que despierta, o prepara la ciudad para una nueva jornada… / Luego, hacia el mediodía la cosa cambia, se malogra, bueno, uno tiene que acomodar sus planes también a eso, te vas a tomar el vermú o lo que sea, pero antes es cuando de verdad se pueden hacer cosas, ver y vivir la ciudad… / Ayer… a qué hora era cuando se supone que yo iba a llegar a Sol… pero como el metro no paró en Sol llegué más tarde, en mi camino desde Antón Martín, ya sabes, por la calle de Matute, así, en zigzag, allí ya veías por todas partes a todos esos, los del tottenham y liverpool y esos, y les comprendes entonces porque claro, es el mejor momento, para estar allí, en la calle, con una cerveza… es la mejor hora, bueno, no para emborracharte pero para observar el mundo, ¿no?... ¿tú crees que esto es comparable con lo que hacían los impresionistas, con los “ flâners”…? Vagabundear sin rumbo… callejear… ese placer… / Bendito Benjamin / Sí, bendito caminar sin rumbo / Ya… así… sea. / Para siempre… Va…ga…mun…de…ar… /
El espantoso viaje de regreso hacia esa otra forma de vida, la realidad. Arrastrando maletas desfondadas y con la piel llena de cicatrices, pero albergando en nuestro interior la preciosa semilla robada, arañada entre las escorias de los campos de lavas. Un viaje incómodo y turbulento plagado de pequeñas circunstancias que nos preparan mentalmente para el retorno cierto a la vida cotidiana, sea ésta la que sea. Ejemplo: bebiendolaúltimacervezadeformaapresuradaenalgúnrincóndelaeropuertodetránsitoydemasiadolejosdenuestrapuertadeembarqueescuchamosanuestrasespladas: no-me-lo-puedo-creer. Encuentros fortuitos que, como un dedo levantado en el aire y presionando una yaga nos muestran de forma evidente que el presente siempre termina por alcanzarnos. / Desembarcar, salir pestañeando bajo la luz inclemente de la Puerta del Sol devenida en Aldea de Tota o mugriento estuario del Mersey en virtud a una siniestra doblez del mapa, allí donde confluyen la marearoja y la resacaverde desbordando cerveza y una alegría inexplicable, sobrecogedora. Todas las gargantas braman la contraseña propicia para acceder a la disputada gloria: championschampionschampions… Intentar pasar desapercibidos, es una forma de sobrevivir. Cuando por fin doblando la esquina varias veces orinada accedemos a una calle tranquila y de vocación trasera donde nuestros camaradas de la resistencia regentan esa taberna tan querida, encontramos escrita a tiza sobre las maderas atrancadas la consigna CERRADO-POR-ASCO. Lúcida decisión que aun compartida nos provoca sensación de abatimiento y pánico. / Los fantasmas y la infancia. Al principio parece que estuviera bailando. Tan pronto se levanta de un salto, corre un par de metros, se detiene de golpe y gira sobre sí misma, se vuelve a detener con la mirada perdida, como si hubiera descubierto algo junto a ella, descarga ahora un golpe con el puño cerrado de arriba abajo, luego corre de nuevo pero en dirección distinta, se para, parece que encuentra otra vez a su fantasma y lo encara, aunque ahora ríe, una risa nerviosa y repentina, y dibuja una amplia caricia en el aire, suave, suave, de pronto parece melancólica, entonces –zas- descarga otro golpe hacia un costado, con la mano muy abierta pero todavía sonriendo. Camina muy despacio, contando a media voz sus pasos, primero hacia adelante y luego hacia atrás… salta a un lado y gira de nuevo sobre sí misma un par de veces, bailando. Se detiene y mira hacia lo alto con gesto de reproche. Parece un desafío. / La palabra ciudad. De nuevo tropezar con gente, soportar a gente, sentirse rodeado por la gente, arrastrado por la gente, pisado y mordido por la gente, observado por la gente. A veces, acariciado por la gente. / Yo soy el camino dicejesús, yo soy la verdad dicejesús, yo soy la vida dicejesús. Tuve que huir a toda prisa en la primera estación y ocultarme de nuevo entre la multitud. / “Esta hora invita a beber”, ésta sí que es mi doctrina. Primero vamos a abrir otra cerveza. / Vamos a llegar tarde, pero da igual… / Tenemos permiso, ¿no?... / Recuerdo que una vez, que tú estuviste en… y yo estaba en… a mediados o finales de mayo… la plaza de santaana estaba verde mientras en el pueblo la primavera aún no había arrancado y hacía frío, mientras tanto yo estaba “encantada” con esa hora, en el bar, fuera todavía sol y calor, calor mientras yo sabía que en el pueblo todavía hacía frío… y tienes en la mano tu cerveza fría y ves cómo poco a poco va cambiando la luz, es una hora mágica, cuando atardece, esos atardeceres largos… bueno, el atardecer siempre es bonito en cualquier parte, ya lo hemos comentado, cuando todo adquiere una profundidad… pero en la ciudad tiene un encanto… en mayo ya están los vencejos, a esta hora se llena el cielo de vencejos, hay un aroma… y yo estaba tan placenteramente sentada delante de mi cerveza, mirando hacia afuera y viendo pasar a la gente -claro, no era fin de semana, era entre semana, me parece…- Era una hora que invitaba a beber. Como cuando dije: “el sol intenta hacerlo bien con nosotros”… es algo… / Una frase que se hizo famosa en el poema de… / Sí, no sé quién la utilizó posteriormente… / Son las horas mágicas que tiene Madrid. / Por las mañanas, también las mañanas de un día cualquiera, cuando puedes pasear y… / Ver trabajar… / A los repartidores, a la gente que despierta, o prepara la ciudad para una nueva jornada… / Luego, hacia el mediodía la cosa cambia, se malogra, bueno, uno tiene que acomodar sus planes también a eso, te vas a tomar el vermú o lo que sea, pero antes es cuando de verdad se pueden hacer cosas, ver y vivir la ciudad… / Ayer… a qué hora era cuando se supone que yo iba a llegar a Sol… pero como el metro no paró en Sol llegué más tarde, en mi camino desde Antón Martín, ya sabes, por la calle de Matute, así, en zigzag, allí ya veías por todas partes a todos esos, los del tottenham y liverpool y esos, y les comprendes entonces porque claro, es el mejor momento, para estar allí, en la calle, con una cerveza… es la mejor hora, bueno, no para emborracharte pero para observar el mundo, ¿no?... ¿tú crees que esto es comparable con lo que hacían los impresionistas, con los “ flâners”…? Vagabundear sin rumbo… callejear… ese placer… / Bendito Benjamin / Sí, bendito caminar sin rumbo / Ya… así… sea. / Para siempre… Va…ga…mun…de…ar… /
LOS DÍAS es un proyecto compartido por Marion Thieme y Antonio Santamaría que refleja el periodo vivido en la isla de Lanzarote entre el 5 y el 30 de mayo de 2019. Marion Thieme acudió invitada por Nautilus Lanzarote para desarrollar su obra pictórica, Antonio Santamaría documentó el proceso creativo. Las obras que aquí aparecen son de Marion Thieme, y en muchas ocasiones se muestra el proceso de su realización, a veces con la obra inacabada. Las fotografías han sido tomadas por ambos autores. Los textos son de Antonio Santamaría Solís.
Comentarios
Publicar un comentario