Palabras y dibujos para despertar del mal sueño del mundo actual.
Este cuaderno de bitácora que mis hermanas y yo construimos con vuestros desechos, sobre los montones de estiércol de vuestra actividad diaria quiere ser, ante todo, y por medio del dibujo y la palabra, la plaza del mercado abierta a todos, el foro donde los amantes del verbo incisivo y el dibujo audaz puedan darse cita para degustar ese festín de olores y sabores, crítica, poética, política, ilustrada ilustración, arte
Pautas de lectura: los juegos de sombras sobre el texto, como una promesa de lectura siempre diferida. El significado adherido, superpuesto, nunca garantizado. Finalmente ahí reposa la mano. Qué? una noticia inocente. O lo inconcebible.
No se trata de un texto (como malévolamente o no se presupone en el título) sino de la imagen de un texto, sobre la que finjo ahora leer inventando entonces otro texto que podría ser una parodia del primero, ya distante, casi ilegible en la foto. Desde hace tiempo la imagen nos dice: soy el enigma y su solución, y no hace falta leerme... Sobre esas líneas, formadas por una grafía que conozco casi desde la infancia, se proyecta la sombra de la mano, como si ésta señalase, o quisiese coger algo que estaría escrito y por tanto no estaría. Al final la mano reposa junto al texto, inofensiva, contrita, de ahí que leamos que el significado ha huido y ha retornado, y que de cualquier manera, no lo sabremos.
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ResponderEliminarMe encanta!
ResponderEliminarPautas de lectura: los juegos de sombras sobre el texto, como una promesa de lectura siempre diferida.
ResponderEliminarEl significado adherido, superpuesto, nunca garantizado. Finalmente ahí reposa la mano. Qué? una noticia inocente. O lo inconcebible.
No se trata de un texto (como malévolamente o no se presupone en el título) sino de la imagen de un texto, sobre la que finjo ahora leer inventando entonces otro texto que podría ser una parodia del primero, ya distante, casi ilegible en la foto. Desde hace tiempo la imagen nos dice: soy el enigma y su solución, y no hace falta leerme... Sobre esas líneas, formadas por una grafía que conozco casi desde la infancia, se proyecta la sombra de la mano, como si ésta señalase, o quisiese coger algo que estaría escrito y por tanto no estaría. Al final la mano reposa junto al texto, inofensiva, contrita, de ahí que leamos que el significado ha huido y ha retornado, y que de cualquier manera, no lo sabremos.
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