Ser Árbol / la desposesión es la forma de tejer nuevas raíces
Para mí la poesía es un
territorio vivo, una geografía palpitante, y en ese
territorio, que es el del pensamiento, y también el de la acción poética, me
sumerjo por completo en el momento de escribir. Considero fundamental, no ya
estar al mismo nivel que el texto sino formar parte de él, también físicamente
-por eso trabajo caminando y respirando bajo los árboles-, ser palabra con la
palabra. Y en ese sentido me parece que la poesía es búsqueda y, ante todo,
despojamiento.
Siempre he hablado de la
escritura de este libro, “Ser árbol”, como de un ejercicio de renuncia, de
desposesión. Ese fue el compromiso que adquirí conmigo mismo: renunciar a lo
que antes tenía para reencontrarme, descubrir una nueva presencia en el
mundo, sabiendo que la desposesión es la única forma de tejer nuevas raíces, pero
raíces que huyen de la tierra para, una vez emancipadas, hundirse en el aire.
Le
debo a Raúl Jiménez el descubrimiento de una naturaleza vibrante, extraña y
luminosa, la de la música contemporánea para acordeón, conectada, en sus
interpretaciones, de forma muy directa con mi poesía, pero en particular el
hallazgo de los corales para acordeón de Alejandro Moreno, que enseguida empecé
a entender como algo muy próximo a mi visión de la poesía. Aquella sensación de
cercanía me llevó a conocer a su autor, Alejandro, y descubrir en su forma de
hacer sensibilidades muy afines a mi propio trabajo.
Cuando
Alejandro leyó y escuchó los poemas de “Ser árbol”, tomándolos como punto de
partida comenzó a elaborar su propia obra. Y ahí estamos, nos hemos encontrado en
esa confluencia, a la que también se ha sumado la extraordinaria flauta
de José Miguel Molina.
No
encuentro nada más hermoso que el hecho de, a través de las palabras, y en este
caso de mi poesía, despertar, poner en pie, desencadenar un nuevo proceso creativo.
Creo que si el arte debe cumplir una función es precisamente esa: alimentar,
nutrir la sensibilidad y propiciar, no solo en otros artistas sino también en
el espectador circunstancial, una necesidad insoslayable de aventura.
Antonio Santamaría
Esta última es la propuesta que presentamos a esta convocatoria con la participación del acordeonista Raúl Jiménez, el flautista José Miguel Molina y el propio Antonio como recitador.
A lo largo de seis piezas se recorre el contenido esencial de Ser árbol:
I. (respiración): “Primero se vacía la región superior de los pulmones”
II. (deshielo): “Gota a gota, con un acento extraño, comenzó el deshielo”
III. (rastro): “Quién soy, sigo el rastro”
IV. (cap, captiare): “Acechar, perseguir, apresar y matar animales salvajes”
V. (reflejo): “Bebo la parte de sombra que contiene mi rostro”
VI. (árbol invertido): “Ser árbol para nacer siempre”
Alejando Moreno
Gracias a los tres + uno!!! Ha sido un regalo poder escuchar este concierto-recital!!
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